miércoles, 1 de octubre de 2008

Una estrella que guía a los humildes

"Si os habéis entregado a Dios, para hacer su obra -dice Jesús-, no os preocupéis por el día de mañana... Cuando nosotros mismos nos encargamos de manejar las cosas que nos conciernen, confiando en nuestra propia sabiduría para salir airosos, asumimos una carga que él no nos ha dado, y tratamos de llevarla sin su ayuda. Nos imponemos la responsabilidad que pertenece a Dios, y así nos colocamos en su lugar. Con razón podemos entonces sentir ansiedad y esperar peligros y pérdidas, que seguramente nos sobrevendrán. Cuando creemos realmente que Dios nos ama y quiere ayudarnos, dejaremos de acongojarnos por el futuro. Confiaremos en Dios así como un niño confía en un padre amante. Entonces desaparecerán todos nuestros tormentos y dificultades; porque nuestra voluntad quedará absorbida por la voluntad de Dios" (El discurso maestro de Jesús pág. 85, EGW).
Las diversas traducciones de Proverbios 16:9 nos ayudan a captar el significado pleno de esta bendición: "Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos" (DHH). "El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor" (NVI).
Por supuesto, hay una condición definida para ser conducido así. Podemos esperar su conducción cuando nos entregamos a Cristo y, por su gracia, hacemos su voluntad. Proverbios 16:8 dice: "Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia" (NVI).

No hay comentarios: