sábado, 27 de septiembre de 2008

Sin cruz no hay corona

"Una vid exclama a comienzos de la primavera: '¡Qué contenta estoy de haber pasado el invierno! ¡Ahora no tendré más problemas! El verano está por llegar, y el jardín será el más hermoso'. Pero viene el jardinero, y corta la vid aquí y allá con su cuchillo. Los sarmientos comienzan a caer, y la vid exclama: '¡Asesino! ¿Por qué me estás mutilando?' 'Ah', dice el jardinero, 'no quiero matarte. Si no hiciera esto, harías el ridículo delante de todas las demás vides antes que haya terminado la estación'. Pasaron los meses, y un día el jardinero pasa bajo la enramada, donde cuelgan grandes racimos de uvas, y la vid le dice: 'Gracias, señor; no podrías haber hecho nada más bondadoso que cortarme con tu cuchillo...' Sin poda no hay uvas, sin molino no hay harina; sin batalla no hay victoria, sin cruz no hay corona".-T. Dewitt Talmage.
"¿Quién puede decir: 'Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado'?" (Proverbios 20:9). Nadie puede afirmar esto. "Por cuanto todos pecaron y están distituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). "No se desanimen porque el corazón parezca duro. Cada obstáculo y cada enemigo interior sólo aumentan la necesidad de Cristo. Él vino para quitar el corazón de piedra y darles un corazón de carne. Acudan a él para obtener gracia especial para vencer las faltas peculiares" (mensajes para los Jóvenes pág. 110, EGW)

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